viernes, 27 de mayo de 2016

Era hace una vez...

Yo era niña, jugaba a no pisar mi sombra, a no pisar las rayas de la acera, jugaba la anda, congelado chino y siempre vomitaba en viajes largos (aún jaja).
Recuerdo que me aterraban los payasos y tenía temor de que los extraterrestres me secuestraran, o secuestraran a mi mamá. Una vez descubrí que las hormigas picaban, por que metí la mano en un hormiguero.
Todo era real, grande, colorido, sorprendente. Cuando hubo una vez una oruga en el patio de la casa, mi mamá me dijo que pronto se convertiría en mariposa, yo la veía todos los días, hasta que un día llegué y no estaba. Era asombroso descubrir esos cambios.
La diferencia entre un niño y un adulto, es relativamente un poco más de tiempo en una tierra que tiene más de 4mil millones de años. Todos tenemos un niño interno, lo juro! Está en muchos casos reprimido y anhelando salir un poco más. Asombrese por las cosas, no crea que todo lo sabe. Este mundo es mágico para aquellos quienes creen en la magia.

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