Yo era niña, jugaba a no pisar mi sombra, a no pisar las rayas de la
acera, jugaba la anda, congelado chino y siempre vomitaba en viajes
largos (aún jaja).
Recuerdo que me aterraban los payasos y tenía
temor de que los extraterrestres me secuestraran, o secuestraran a mi
mamá. Una vez descubrí que las hormigas picaban, por que metí la mano en
un hormiguero.
Todo era real, grande, colorido, sorprendente. Cuando hubo una vez una oruga en el patio de la casa, mi mamá me dijo que
pronto se convertiría en mariposa, yo la veía todos los días, hasta que
un día llegué y no estaba. Era asombroso descubrir esos cambios.
La diferencia entre un niño y un adulto, es relativamente un poco más de
tiempo en una tierra que tiene más de 4mil millones de años. Todos
tenemos un niño interno, lo juro! Está en muchos casos reprimido y
anhelando salir un poco más. Asombrese por las cosas, no crea que todo
lo sabe. Este mundo es mágico para aquellos quienes creen en la magia.
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