No se que día fue, no se en realidad cuando culminó el proceso, pero
llegó un día en donde no me importaba ya que prendas vestía. Disfrutaba
el salir despeinada y envuelta en abrigos tallas XXL , no me importaba
bailar sin música, no me importaba ensuciarme con el barro, ni mojarme
con la lluvia, no me importaba hablarle a los extraños con tal de ver
una sonrisa.
No entiendo bien en que momento desperté, siquiera sé cuanto tiempo estuve dormida, pero fue como agregar color,
fue como ver destellos de luz en cada lugar donde me encontraba. Ya no
tenía miedo, el amor envolvía mi mundo, el orgullo y el ego ya no eran
bienvenidos, yo sabía que el viento y el sol siempre me acompañarían..
Había entendido, que por más títulos, que por más trabajo, que por más
cosas y vanalidades. El despertar de mi conciencia, dependía de la
posibilidad de cambio que yo fuera capaz de visualizar en mi interior.
Yo visualice y el universo me transformo.
Yo soy el universo, todos
somos uno, la transformación implica desapegarse de todo aquello que
uno antes era, para comenzar a ser de nuevo, para no cargar con lo viejo
donde solo cabe el ahora.
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