domingo, 12 de mayo de 2013

Infinito verde, que te quiero verde.

Y yace bajo mi, un manto de verde inagotable. 
Y a mi alrededor, el hermoso canto de un jilguero resuena.

El río que fluye, y su catarata, me arrastran en un trance de enamoramiento profundo 

Los grillos cantan junto a las cigarras.
Las nubes bajan cubriendo el estrépito bosque majestuoso, que diviso, y se nota tan cerca, pero camino y no llego.
No le alcanzo, ni lo lograré hacer, porque me encuentro dentro de él!

Y deseo más que nada que me tome en sus brazos, y que nunca me deje salir de acá.
Porque le necesito, necesito su paz, su abrigo, y su sabiduría.
La misma que se encuentra entre los miles de años que ha perdurado.
Sus viejos árboles me cuentan mágicas y secretas historias.

Suave llovizna que acaricia mi rostro,
tenue anochecer, bienvenido.
Infinita es la noche para quienes cuentan las estrellas.

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