viernes, 14 de octubre de 2016

Diálogos internos

Y entonces esto pudo haber sido una hoja en blanco, pero no, poco a poco cobra vida con las palabras que se van tornando en algún lenguaje, en alguna falta ortográfica, o en algún sentir expresado en palabra. 
Mágico, esto es mágico. 
Ahora, necesito un par de ingredientes para completar mi receta. 
Vamos a entrevistar a algunas personas, de esas que entraban por detrás de la tv, nunca entendí como cabía tanta gente allí dentro, siendo esa caja cuadrada tan pequeña. Claro ahora como todos quieren ser flacos, crearon esas pantallas planas, poco más difícil ha de ser entrar dentro de esas.
Ahora, como iba diciendo, necesito hablar con Goku, esas cámaras del tiempo en dónde entrenaban, a buena hora me servirían para estudiar ¡a ver si acaso paso el semestre!, y aprovechando el material, también podrían servir las cámaras del tiempo para añejar ese fresco de uva, o esos vinos de 1200 colones marca corobici, ya sabés que la economía no da para tanto. Podríamos venderlos añejados, sería buen negocio para quien no se los tome todos.
Después, recordás aquella película en la que una niña movía cosas con su mente, Matilde era su nombre, bueno que útil nos sería para limpiar la casa, eso de limpiar bajo la refri y bajo la cocina es muy cansado. Podríamos pagarle, ojalá le guste el vino, así truequeamos o la emborrachamos, una de dos. Ya debe de estar grande, si esa película la veía yo como a mis 9 años, nadie nos va acusar por darle vino a un menor, ya está vieja, de veras.
Y Dragon tales, claro, como olvidarlos: sueño y deseo con todo mi corazón ir a una tierra lejana volando en un dragón, uyuyui bajura le agregaría don Jaime después de los vinos o del montano que suele tomarse cuando recoge varias tejillas. Y dragones, que lindos que eran, eso es como Narnia, o Peter pan, siempre crean mundos paralelos súper lindos, y con toda razón, quien podría soportar la realidad, si no fuera por la imaginación. Bueno si, tal vez deba de ver un poco de noticias, a veces siento que pienso muy volado. Pero no quiero tanta realidad, o tal vez, no la soporto.

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