La luz de mi alcoba ya no enciende, las paredes son comidas por las termitas, mi mejor amiga ya no es la mejor, y yo ya no soy la misma. Me trato de explicar, que ha pasado, pero no creo poder sintetizar los hechos en un discurso, explicando el porque ya no río por lo mismo.
Tampoco creo que la luz de mi alcoba se pueda reparar, hay cosas que tienen un tiempo definido de luz propia y la mejor solución sería cambiarla por una nueva. Sin embargo, un foco no es mala idea, para quien solo quiere ver hacía donde su linterna alumbra.
Yo no me siento tan diferente, sin embargo lo que pienso ha cambiado un poco, y lo que hago también. Tal vez sea la luz propia, se que esta ahí, d eso no tengo duda, pero ahora tal vez ella ha decidido alumbrar nuevos caminos, un nuevo norte.